“Salvaguardar la dignidad del individuo es un requisito fundamental del Olimpismo” (Del Código de Ética del Comité Olímpico Internacional)
Partiendo de esta norma escrita, ¿cómo se pueden celebrar unos Juegos Olímpicos en un país como China, donde impera un regimen dictatorial comunista que para nada respeta mínimamente los derechos humanos?
La verdad, me resulta difícil de comprender, no ahora, sino desde el momento mismo de la elección de esta sede, hace ya varios años. Supongo que el hecho de ser una gran potencia que va a más, la globalización y todas esas cosas de las entienden otros serían claves para esta elección.
Lo que ahora me preocupa no es eso, sino que los españoles en particular retrocedamos una treintena de años y podamos volver a esa época tan oscura de nuestra historia tan reciente donde los que mandaban nos decían que teníamos que decir y que no, o sea, a la censura pura y dura, y eso está ocurriendo en estos días.
Ya no es solamente el Comité Olímpico Español el que ha dictado normas para que nuestros deportistas no hablen para nada de política. La Vicepresidenta de nuestro Gobierno, Fernández de la Vega, también "ha mandado callar" a nuestros deportistas (creo que desde Méjico).
¿Vuelven los viejos demonios? Triste, pero cierto: No creo que estas reminiscencias de nuestro pasado dictatorial tengan cabida en nuestra democracia actual, ni creo que tengan nada que ver con los principios del movimiento olímpico moderno.
Desde la libertad de expresión individual que debe ser un principio "sagrado" (aunque España sea un Estado aconfesional): Si nuestros deportistas quieren callar, que callen, si quieren hablar, que hablen; pero que nadie intente coartarlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario