martes, 27 de agosto de 2013

domingo, 28 de abril de 2013

Sigo aquí, ¡¡¡Y MEJORANDO!!!

Neil Armstrong pronunció, al pisar la Luna, la frase "un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la Humanidad".
Bien, pues ya todos sabéis que ni soy Neil Armstrong, ni he pisado la Luna (aunque cerca estuve) ni nada que se parezca y que la Humanidad tiene problemas mucho más serios que mis "aterrizajes forzosos" por las escaleras, pero algo parecido si que sentí cuando el pasado viernes, y después de prácticamente cinco meses, en la revisión de mi estropeada columna vertebral el traumatólogo me informaba de que todo va bien.
Comienzo una nueva etapa en mi recuperación y a partir de ahora empiezo a quitarme piezas de la "armadura" poco a poco y, gracias a Dios, el verano lo pasaré sin estos elementos de tortura, aunque no todo va a ser un camino de rosas.
Ahora toca rehabilitar y recuperar la musculatura y movilidad de cuello y espalda, muy poco a poco y muy despacito, como me insistió el traumatólogo en varias ocasiones; no tener prisa es fundamental y tendré que hacer de tripas corazón para no correr y estropear todo lo avanzado hasta ahora.
Paciencia, andar y natación son las medicinas que me tocan ahora, y a las que pienso dedicarme desde ya hasta septiembre, cuando pasaré la próxima revisión (y espero que definitiva).
Y termino, como no podía ser de otra manera, agradeciendo a todos vuestro apoyo y muestras de cariño, en especial a mi familia (mis auténticos ángeles de la guarda)

miércoles, 3 de abril de 2013

FORGES: El triunfo de los mediocres

Quienes me conocen saben de mis credos e idearios. Por encima de éstos, creo que ha llegado la hora de ser sincero. Es, de todo punto, necesario hacer un profundo y sincero ejercicio de autocrítica, tomando, sin que sirva de precedente, la seriedad por bandera.
Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo. Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas urgentes, con una huelga general, o echándonos a la calle para protestar los unos contra los otros.
Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel.
Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre. Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente.
Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que haga, alguien cuya carrera política o profesional desconocemos por completo, si es que la hay. Tan solo porque son de los nuestros.
Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas.
Sus excepciones, casi siempre, reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.
- Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente basura
- Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un solo presidente que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional.
- Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir, incluso, a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
- Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.
- Mediocre es un país que tiene dos universidades entre las 10 más antiguas de Europa, pero, sin embargo, no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
- Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro, que sin embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas.
- Mediocre es un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada –cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada.
- Mediocre es un país en cuyas instituciones públicas se encuentran dirigentes políticos que, en un 48 % de los casos, jamás ejercieron sus respectivas profesiones, pero que encontraron en la Política el más relevante modo de vida.
- Es Mediocre un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
- Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.
- Es Mediocre un país, a qué negarlo, que, para lucir sin complejos su enseña nacional, necesita la motivación de algún éxito deportivo. ANTONIO FRAGUAS DE PABLOS (FORGES)

martes, 26 de marzo de 2013

viernes, 8 de marzo de 2013

Escolarización para el próximo curso


Curiosa y original iniciativa grabada por los niños de mi Colegio para iniciar la campaña de escolarización para el próximo curso escolar.

domingo, 10 de febrero de 2013

Sigo aquí

Han pasado más de dos meses sin escribir ni dar señales de vida en este blog. Para los amigos y más conocidos el motivo es sabido: el 2 de diciembre recién levantado me precipité por las eslaceras de casa con la mala fortuna de roturas múltiples en la cara, cráneo, clavicula y lo peor de todo, tres vertebras.
El motivo de la caída será de por vida una incógnita, aunque seguro que me dio una baja de tensión o un pequeño mareo pues no recuerdo absolutamente nada y no intenté para nada parar la caída (de hecho en manos y brazos es donde únicamente no he tenido herida alguna).
Después de la caída la hospitalización y demás: más de cuarenta días en reposo e inmovilización absoluta que te dan tiempo para pensar, meditar (maldecir en algunos momentos), pero sobre todo para valorar: durante el tiempo transcurrido desde esta desafortunada caída he tenido mucho, pero que mucho tiempo para observar y meditar, ¿qué?
Pues he aprendido y he vivido, a mis más de cincuenta años, experiencias diferentes: el fallecimiento de mi madre de la que no he podido ni despedirme, dolor que llevaré mientras viva; también ha podido ver el cariño (muchísimo más del que podía pensar) de familia, amigos, compañeros y conocidos que insistentemente se han estado interesando por mi estado y por mi evolución ante  el accidente sufrido. Todo esto algo ha cambiado en mi interior y me ha hecho variar sustancialmente mi escala de valores; doy gracias a Dios por sobrevivir a semejante accidente y por terner una segunda oportunidad que intentaré afrontar de otra y mejor manera.
De los amigos (y salvo contadas excepciones) he recibido el cariño y dedicación que jamás hubiera soñado: han estado permanentemente a mi lado animándome y ayudando en todo. Estos días me han servido para reafirmar mis espectativas ante ellos, que han respondido más que bien a lo mejor que en cualquier momento hubiera podido esperar de ellos.
Para la familia no tengo palabras: todos sin excepción han estado permanentemete preocupados por mi evolución ayudando cada uno en la medida de sus posibilidades, llamando, ofreciéndose para colaborar en todo lo necesario, animando,...
Pero en cuanto a la familia más cercana tengo que detenerme un poco más: mis dos hijos, Belén y Norberto Jesús, han estado perdiendo trabajo y estudios respectivamente, a costa de hacer muchos kilómetros, para procurar estar permanentemente a mi lado preocupados por mi evolución y ayudando continuamente en todo lo que hiciera falta, demostrando en todo momento el cariño más sincero, bonito y real que cualquier padre pueda esperar y desearía recibir, como yo he tenido la suerte de comprobar ya que me lo han demostrado fehacientemente.
Y para ir finalizando me falta mencionar a mi esposa, Rosa: la que se llevó la peor parte del accidente al encontrarme inconsciente en la escalera y supo como actuar eficazmente; la persona que ha estado permanentemente veincicuatro horas diarias, día tras día, pendiente constantemente de mí; la persona a la que durante estos más de dos meses no le he visto ni escuchado un mal gesto o una mínima queja; la persona que me ha cuidado como a nadie se le podría hacer mejor; la persona que siempre me ha estado animando cuando me ha visto decaer un poco en mi ánimo; la persona que después de casi treinta años casados ha demostrado el amor que me profesa; en definitiva, la mejor perosna que jamás hubiera podido soñar tener como compañera.
Ahora que voy recuperándome termino esta entrada dando las gracias a todos los que me habéis ayudado en esta difícil circunstancia, y en especial a mis hijos y a mi esposa, a los que no sabré nunca como agradecer todo el amor y entrega que me han dado.
Aquí sigo, a vuestra disposición.