sábado, 25 de junio de 2011

Nos levantaron el castigo

Parece ser que el Gobierno ha decidido levantarnos el castigo y a partir del 1 de julio volveremos a los límites de velocidad que teníamos establecidos desde hace años, y por cierto que muchas asociaciones automovilísticas abogan por subir el límite a los 130.
Personalemente la medida me parece acertadísima porque eso de ir a 110, que además casi nadie respetaba, era un peligro por la somnolencia y el aburrimiento, aunque siempre estaba el remedio de pisarle un poco más e ir pendiente de los radares.
Ahora bien, lo que no entiendo es el cambio pues o se equivocaron en marzo o lo hacen ahora. Si realmente ha habido ahorro energético significativo deberíamos seguir castigados a 110, y si no ha sido así pues que nos lo digan claramente.

miércoles, 15 de junio de 2011

Flor roja de tallo varde

Para reflexionar un poco sobre como se puede "castrar" la creatividad e imaginación de los pequeños quiero compartir esterelato de una profesora argentina llamada Helen E. Buckley.

Flor roja de tallo verde

"La infancia tiene sus propias maneras de pensar y de sentir, y no hay nada más insensato que intentar sustituirlas por la de los adultos" ROUSSEAU

"Una vez un niño fue a la escuela y era bien pequeño. Y la escuela era bien grande, pero cuando el niño vio que podía ir a su clase directamente desde la puerta de afuera, se sintió feliz y la escuela no le parecía tan grande, así. Una mañana, cuando hacía poco que estaba en la escuela, la maestra dijo: -"Hoy vamos a hacer un dibujo". "Bien", pensó . Le gustaba mucho dibujar. Y podía hacer todas las cosas, leones, tigres gallinas y vacas, trenes y barcos y tomó su caja de lápices y comenzó a dibujar. Pero la maestra dijo: "¡Esperen! no es hora de comenzar". Y él esperó hasta que todos estuvieran preparados.
-"Ahora- dijo la maestra- vamos a dibujar flores". "Qué bien". -pensó el niño, a él le gustaba dibujar flores. Y comenzó a hacer bonitas flores, con lápiz rojo, naranja, azul. Pero la maestra dijo: "¡Esperen, yo les mostraré cómo se hacen!". Así -dijo la maestra-. Y era una flor roja con tallo verde. "Ahora sí", dijo la maestra. "Ahora pueden comenzar". El niño miró la flor de la maestra y luego la suya, y a él le gustaba más su flor que la de la maestra. Y no reveló esto. Simplemente guardó su papel e hizo una flor como la de la maestra, roja con el tallo verde.
Otro día, la maestra dijo: -"Hoy vamos a trabajar con plastilina". "Bien" -pensó él, y podía hacer todo tipo de cosas con plastilina: serpientes, muñecos de nieve, elefantes de rabitos, autos y camiones. Comenzó a apretar y amasar la bola de plastilina.
Pero la maestra dijo:- "¡Esperen, no es hora de comenzar!" Y él, esperó hasta que todos estuvieran preparados. "Ahora -dijo la maestra- nosotros vamos a hacer una serpiente". "Bien", pensó el niño. A él le gustaba hacer serpientes. Y comenzó a hacer unas de diferentes tamaños y formas. Pero la maestra dijo: "¡Esperen, yo les mostraré como hacer una serpiente larga!". Ahora pueden comenzar. El niño miró la serpiente de la maestra, entonces miró la suya, y a él le gustaba más la suya que la de la maestra, pero no reveló esto. Simplemente amasó la plastilina en una gran bola, e hizo una gran serpiente como la de la maestra.
Así, y luego, el niño aprendió a esperar, y a observar y a hacer las cosas como las de la maestra. Y luego no hacía las cosas por sí mismo.
Sucedió que el niño y su familia se mudaron a otra casa, en otra ciudad, y el niño tuvo que ir a otra escuela. Esa escuela era mucho más grande que la primera, tenía puerta afuera, pero para llegar a su aula, el niño tenía que subir unos escalones y seguir por un corredor largo.
Y justamente el primer día que estaba allí, la maestra dijo:- "Hoy vamos a hacer un dibujo". Bien, pensó el niño, y esperó que la maestra le dijera qué hacer. Pero ella no dijo nada, apenas andaba por el aula. Cuando se acercó al niño, ella dijo:
"-¿Tú no quieres dibujar?".
-"Sí" -dijo el niño- "pero ¿qué vamos a hacer?".
-"Yo no sé hasta que tú no lo hagas"- dijo la maestra.
-"¿Cómo lo haré?"- preguntó el niño.
-"¿Por qué?"- dijo la maestra -"De la manera que quieras"-.
-"¿Y de cualquier color?"- preguntó él.
-"De cualquier color"- dijo la maestra; -"si todos usasen los mismos colores e hicieran los mismos dibujos, ¿cómo se podría saber quién hizo que y cual sería de quien?"
-"Yo no sé",- dijo el niño, y comenzó a hacer una flor roja con el tallo verde.

domingo, 12 de junio de 2011